viernes, 24 de febrero de 2012

Veinticuatro de febrero de dos mil diez.

Hace dos años ya de esta fecha, veinticuatro de febrero de dos mil diez. Hace dos años que algo cambió mi vida, algo o alguien... Sé ya que el mundo cambió el diecisiete de mayo de mil novecientos veintiuno, pero sé que cambió mucho más al paso de los años... y entonces llega ese día en el que alguien nos deja; con su recuerdo en la mente lloramos, nos entristecemos para dejar paso a la paz que le inhunda mientras le vemos irse... Este pequeño espacio te lo dedico a ti, como muchos otros, aquí; Rafael Sánchez Lozano, porque quiero que sepas, que tengas siempre presente, que te echo de menos, que no te olvido, y que jamás lo haré. Que no le temo a la muerte por reunirme contigo, ya que te fuiste un veinticuatro de febrero de dos mil diez.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Un cuento para no dormir.

Noche tranquila... Ni un alma en la calle. Los pájaros duermen y los búhos giran su cabeza... Todo bajo control. Todas las casas apagan su luz. La luna brilla, está llena. Las estrellas forman constelaciones... Esta es una noche preocupantemente silenciosa. Me asomo a la ventana. Una sombra cruza la calle casi sin darme cuenta. Miro a un lado, miro al otro. No se ve a nadie, debe de haber sido mi imaginación.
Me vuelvo a la cama, dejando la ventana abierta... Me gusta que entre el frío. Una araña se pone a coser. Cierro los ojos, no puedo dormir. Giro en la cama, doy la vuelta a mi almohada. Enciendo la luz de nuevo y me pongo a leer. No sé que hacer. Y es que esta es una noche un tanto extraña... Coloco el marcapáginas de nuevo. Cierro el libro. Apago la luz. Vuelvo a darle la vuelta a la almohada y giro de nuevo en la cama...
Miro el reloj. Son las tres de la mañana. Bostezo. Cierro los ojos, una imagen se viene a mi mente. Tirado en el suelo, lleno de sangre... Lloro. Mamá se acerca corriendo, se agacha, se abraza a él. Llora.
Dos lágrimas corren por mis mejillas. Me incorporo, me pongo unos vaqueros y una camiseta. Bajo a la entrada. Me pongo la chaqueta de cuero y unos botines, salgo a la calle. Recorro las silenciosas carreteras en busca de alguien... algo, quizá.

lunes, 13 de febrero de 2012

La noche va a ser legendaria.

Recuerdo haber estado el viernes con ganas de que llegara el domingo pero esto... Esto no era capaz de pensarlo. Primera vez que piso una discoteca y es una fiesta para recaudar dinero para el viaje de fin de curso de una clase, y me encuentro con esto... Risas, gritos, saltos, baile, baile, baile... En realidad, ¿qué decir? Ha sido la mejor experiencia que he vivido en estos 15 años de mi vida, y puedo decir que jamás lo había pasado tan bien. Fiesta que empieza a las 17:00 hs y acaba a las 21:00 hs. A la entrada, ansiosos por comenzar. Entramos y nos cortamos, sin saber qué hacer. Vamos a una mesa sujetada por una "lata de RedBull gigante" que se sitúa en una esquina, vemos unos cuantos bailes preparados y en seguida Juanjo es el primero en lanzarse. 17:30 hs y María y yo, tras dos o tres proyectos de foto, comenzamos a soltarnos la melena. Más actuaciones, y pronto, ya 18:00 hs de la tarde del domingo doce de febrero de dos mil doce, estamos bailando todos como locos, majaderos que no tienen vergüenza. ¿Es acaso mentira? Habíamos perdido toda la vergüenza en un abrir y cerrar de ojos, desmadrándonos hasta que llegan las 21:00 hs y es hora de volver a casa... Tras una tarde genial, cuatro horas que no hemos desperdiciado, cuatro o cinco euros que han sido realmente bien invertidos. Y es que ahora hemos descubierto nuestro lado fiestero, que todos los sábados (o casi todos) de 20:00 hs a 0:00 hs vamos a hacer nuestra la discoteca, porque chicos... La noche va a ser legendaria.