viernes, 25 de febrero de 2011

Ella.

Hoy no es un día triste. Para nada. La felicidad irradia en mí. Aunque solo es un manto, encima del dolor.
Alguien que sabe sacar lo bueno de mí es ella. Sí, ella. Una chica rubia de ojos azul grisáceo. Con gafas, como yo. Una verdadera amiga. Alguien en quien puedes confiar, y que sabes que siempre va a estar a tu lado.
Alguien con quien compartes gustos, con quien te llevas mejor que nadie. Con quien siempre te ríes, y creáis un mundo paralelo en el que todo es como queréis. Con quien a pesar de discutir y pelear a menudo siempre te vas a reconciliar.Eso es una amiga. Pero no una amiga cualquiera. No. Una amiga de las de verdad.
Recuerdo un día, dos años atrás. Primer día de clase. Sola, no conozco a nadie. Alguien se acerca a mí y me dice que que me vaya con ellas. Lo hago. Y creo que esa es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Porque así la conocí a ella. Dos años más tarde, ahí está.
También recuerdo las caídas por las escaleras, al correr para bajar primero.
Y nuestro pequeño rincón en el gran patio. Escondido, privado.
Recuerdo nuestro equipo. "**ClaVe**". Un equipo que tiene como cuartel general un escalón junto a una fuente medio rota entre dos vestuarios. Ese lugar, nuestro "Gremio".
Pero sin duda lo que más recuerdo es una tontería que me hizo sufrir. Una tontería de la que me arrepiento profundamente. Un año atrás. Fingir estar peleadas. Claro, es lo suyo. Ella tiene como vocación actriz. Lo lleva en la sangre. Pero yo no. Esa tontería nos separó por completo un día. Un día que ojalá no se vuelva a repetir.
Hemos vivido muchas cosas, cosas inolvidables, como la Pokerface que se le estará quedando cuando lo lea. Porque sé que lo leerá. Porque es mi mejor amiga, y porque confío en ella.

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